¿Ahora todo gira en torno a Él?

VER:
Cuando nace un niño en una familia, un comentario común de los padres es: ‘Ahora todo gira en torno a él’: los horarios, el ritmo de vida, las tareas, diversiones… se organizan en función de las necesidades del recién nacido. Y, aunque eso les suponga esfuerzo, muchos cambios y trastorno, lo hacen con gusto porque tienen muy claro que ese niño es ahora lo prioritario.
JUZGAR:
A nosotros hoy “un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”, como hemos escuchado en la 1ª lectura de la Misa de Medianoche. “Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor”, hemos repetido en el Salmo de Medianoche. Y esto lo cambia todo; por eso toda la Palabra de Dios pone a este Niño en el centro: ahora todo gira en torno a Él.
En el Evangelio de la Vigilia, san Mateo ofrece una genealogía de Jesús, desde Abrahán, para mostrar cómo toda la historia del pueblo de Israel converge y encuentra su culminación en Jesús.
En el Evangelio de Medianoche, José y María van a empadronarse a Belén para cumplir el decreto del emperador Augusto, y a María “le llegó el tiempo del parto”. El nacimiento del Niño trastoca sus planes y se ven obligados a adoptar medidas urgentes, porque ahora todo gira en torno a Él, y por eso lo recostaron “en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada”.
El ángel del Señor también anuncia que la “buena noticia que será de gran alegría para todo el pueblo es ese niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. Incluso en el cielo ahora todo gira en torno a Él, porque “apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad»”.
En el Evangelio de la Aurora, también el nacimiento de ese Niño cambia los planes de los pastores, que “se decían unos a otros: «vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado». Y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. Y se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto”, porque entienden que ahora todo gira en torno a ese Niño.
Y en el Evangelio del Día hemos escuchado que “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, y Juan el Bautista, que fue “enviado por Dios como testigo, para dar testimonio de la luz”, tiene claro que ahora todo gira en torno a la Palabra hecha carne, porque “a cuantos la recibieron les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, y de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia”.
Hoy celebramos lo que más adelante escribirá san Pablo en la carta a los Gálatas 4, 4-5: “Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaba bajo la ley, para que recibiéramos la adopción filial”. Desde ahora todo gira en torno a Él, hasta el punto que el cómputo de los años se divide en ‘antes de Cristo’ y ‘después de Cristo’.
ACTUAR:
Como se indicó en el Material de Adviento preparado por Acción Católica General, desde hoy «hasta la fiesta del Bautismo del Señor que es el domingo siguiente a la Epifanía, celebraremos la misma Buena Noticia: la venida del Señor, y es que Cristo ha querido hacerse presente en nuestra historia para experimentar los frutos de su salvación». Por eso ahora todo debería girar en torno a Él. Por eso, en esta noche/día, la contemplación del Niño nos invita a pensar si, en la práctica, es realmente así. La mayoría de personas obvian completamente el sentido cristiano (que en realidad es el único sentido) de estos días, quedándose sólo en unas ‘fiestas’ de tipo familiar y marcadas por el consumismo.
A veces los propios cristianos, en lugar de hacer que ahora todo gire en torno a Él, lo que pretendemos es que sea Él quien gire en torno a nosotros y nuestros planes, horarios y comodidad. Dejamos de participar en las celebraciones porque ‘hemos de atender a la familia’, porque ‘tenemos compromisos’, porque ‘nos vamos de viaje…’ Y muchos párrocos, en lugar de fomentar el sentido de salir de noche al encuentro del Señor que nace, como hicieron los pastores, adelantan la Misa del Gallo, o la suprimen directamente, argumentando que ‘es que la gente ya no viene’.
Hoy “un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”. Hagamos que desde ahora y en los próximos días todo gire en torno a Él, aunque nos suponga esfuerzo, cambios de horario y algo de trastorno, y hagámoslo con gusto porque Dios se ha hecho hombre en Jesús para que, como diremos en el Prefacio: «conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo invisible». (Prefacio I de Navidad)