A nivel de usuario

VER:
La tecnología y la informática forman parte de nuestra vida: ordenadores, móviles, tabletas, aplicaciones, altavoces inteligentes… Nos hemos acostumbrado a todo eso y lo utilizamos, pero la gran mayoría de nosotros lo hacemos a nivel de usuario; si tuviéramos que explicar cómo funciona esa tecnología, no sabríamos y, aunque nos lo expliquen, tampoco lo acabamos de comprender. Sin embargo, esa falta de comprensión no significa que rechacemos la tecnología y la informática; al contrario, aunque no la comprendamos, la utilizamos con normalidad en nuestro día a día.
JUZGAR:
Durante la Semana Santa quisimos comprender mejor el núcleo de nuestra fe, para que los Misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor iluminen nuestra vida y así poder vivirla plenamente desde la fe. Pero ya vimos que no podíamos alcanzar una comprensión completa porque Dios nos desborda y siempre habrá cosas que nos resultarán incomprensibles, y que eso no es un obstáculo, sino al contrario, una garantía de que Dios no es una invención nuestra, una proyección de nuestros deseos. Por eso, igual que nos ocurre con la tecnología y la informática, el hecho de no comprender la Resurrección de Jesús no es obstáculo para vivir nuestro día a día desde la Resurrección, ‘a nivel de usuario’. Y la Palabra de Dios nos da pistas para hacerlo.
En el Evangelio de este segundo domingo de Pascua hemos escuchado el relato de dos apariciones de Jesús Resucitado a sus Discípulos, ambas en domingo, “el primer día de la semana”. En la primera, “Tomás no estaba con ellos cuando vino Jesús”. Por eso, cuando “le decían: ‘Hemos visto al Señor’”, a Tomás le resulta incomprensible y “les contestó: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado no lo creo”. Nos podemos sentir muy identificados con Tomás: lo que los otros discípulos le están diciendo le resulta incomprensible. Su alegría y entusiasmo tampoco es suficiente para él. Necesita comprender para creer.
En la segunda aparición “Tomás estaba con ellos, y llegó Jesús estando cerradas las puertas”. Tomás no puede negar la presencia de Jesús y, aunque le siga resultando incomprensible, contestó: “¡Señor mío y Dios mío!”, una confesión de fe, reconociendo que ahí estaba Jesús Resucitado, el Hijo de Dios.
Quizá a nosotros también nos cuesta creer en la Resurrección de Jesús porque contrasta demasiado con la realidad que vivimos. No la comprendemos y tampoco comprendemos lo que los otros discípulos nos dicen al respecto; pero sí podemos ‘utilizar’ la Resurrección ‘a nivel de usuario’, incorporándola a nuestro día a día.
Podemos ‘utilizarla’ para llevar un estilo de vida, personal y comunitario, que refleje lo que hemos escuchado en la 1ª lectura: “El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma… daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor…”. La Resurrección de Jesús nos hace crecer en la unidad, tanto en los Equipos de Vida como en la parroquia y en la diócesis, en el movimiento o asociación… Una unidad que no es uniformidad sino comunión.
Podemos ‘utilizar’ la Resurrección de Jesús para ser ‘valientes’, en lugar ocultar nuestra fe por miedo a la incomprensión o a ridículo, en nuestros ambientes familiares, laborales, amistades…
La 2ª lectura nos decía que “guardemos sus mandamientos”. Y “sus mandamientos no son pesados”. Podemos ‘utilizar’ la Resurrección de Jesús para guardar, desde el amor, los mandamientos del Señor, no como una imposición sino con una ayuda para ser más libres en nuestra vida diaria.
ACTUAR:
El hecho de la Resurrección de Jesús escapa a nuestra comprensión, pero eso no significa que no sea real. Debemos contemplarlo desde la fe y entonces, como le ocurrió a Tomás, descubriremos que tenemos a Cristo Resucitado delante mismo de nosotros, y no nos damos cuenta.
Desde la fe, descubriremos signos de la presencia del Resucitado, que seguramente no sean los que esperaríamos, pero no por ello hemos de rechazarlos. Por eso nos dice Jesús: “No seas incrédulo, sino creyente”. Vivamos la Resurrección de Jesús ‘a nivel de usuario’ en nuestro día a día, junto con la comunidad parroquial, para poder experimentar la presencia del Resucitado de un modo tan real como los primeros Discípulos, aunque nos siga resultando incomprensible.