Parròquia Sant Vicent Màrtir de Benimàmet

Homilía VI del TO-A

Detalles concretos

VER:

Muchas veces se expresan quejas respecto a las homilías: unas veces por ser largas, otras porque no se entienden, otras porque se habla de temas que no tienen que ver con la Palabra que se ha proclamado, y otras veces porque se “quedan en el aire”, hablando de cosas celestiales sin aterrizar para aplicarlos a la “vida terrena” de cada día. Las razones para que esto ocurra son muy variadas y a cada cual corresponde evaluarse con sinceridad y responsabilidad, porque como ya escribió san Pablo VI en “Evangelii nuntiandi” 43: “sería un error no ver en la homilía un instrumento válido y muy apto para la evangelización. Los fieles esperan mucho de esta predicación, con tal que sea sencilla, clara, directa”. Por eso, un gran predicador como lo fue san Vicente Ferrer, en su “Tratado sobre la vida espiritual”, decía: “En la predicación y exhortación debes usar un lenguaje sencillo y un estilo familiar, bajando a los detalles concretos. Hablar en abstracto de las virtudes y los vicios no produce impacto en los oyentes”.

JUZGAR:

Esto es lo que ha hecho Jesús en el Evangelio, para cuestionar a sus oyentes de entonces y de ahora, en esa gran “homilía” que es el Sermón de la Montaña. Jesús expone las grandes líneas de su enseñanza, y podría haberse quedado en eso, en “grandes ideas” sin concretar, pero Él, en su predicación, baja a los detalles concretos.

Para empezar, nos dice: Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos. Los escribas y fariseos habían caído en el puro cumplimiento de unos mínimos respecto a la ley y la doctrina. Jesús nos invita a ir más allá, a que interioricemos el sentido de esas leyes y doctrinas, de esa justicia, para que su vivencia realmente nos salga de dentro. Y nos preguntamos: ¿En mi vida cristiana me limito a cumplir, o voy más allá, me preocupo de entender e interiorizar lo que se me pide para que “me salga” por convencimiento y no por obligación?

Y después, Jesús ha presentado tres grandes preceptos recogidos en la Ley, en el Antiguo Testamento: No matarás, no cometerás adulterio, no jurarás en falso. Pero, frente a estos grandes preceptos, podríamos pensar con mentalidad de escribas y fariseos: “Yo no robo, yo no tengo aventuras extramatrimoniales, yo no juro…” y creer que esto que dice Jesús no va con nosotros.

Pero Jesús quiere que nuestra mirada sea mayor que la de escribas y fariseos y en su predicación, tras el gran precepto, baja a los detalles concretos, que sí nos interpelan directamente:

“No matarás”. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. ¿En qué ocasiones me dejo llevar por la cólera? ¿He insultado o despreciado, o guardo rencor a alguien?

“No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón. ¿Cómo es mi mirada hacia los demás? ¿Me dejo llevar por pensamientos y deseos inapropiados? ¿Veo pornografía? ¿Cuido mi relación de pareja o me he cansado o aburrido? “No jurarás en falso”. Pero yo os digo que no juréis en absoluto. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. ¿Soy de fiar por mis obras y palabras, o recurro habitualmente a mentiras, incluso “jurando por Dios”, sin que eso me suponga mayor problema? ¿Muestro a los demás una cara, pero hago o pienso lo contrario?

ACTUAR:

Como escribió el Papa Francisco en “Evangelii gaudium” 135: “los fieles dan mucha importancia a la homilía; y ellos, como los mismos ministros ordenados, muchas veces sufren, unos al escuchar y otros al predicar. Es triste que así sea”. Por eso, los fieles tienen derecho a esperar unas homilías bien preparadas, que puedan aplicar a su vida cotidiana; y esto es una llamada de atención a quienes tenemos la responsabilidad de prepararlas, para ir más allá de “decir algo” de modo abstracto, y salir del paso.

Y es una llamada de atención a los fieles, para que escuchen con atención, para que la homilía no se quede en “oír”, sino que les ayude también a ir “más allá” del simple cumplimiento.

Este fin de semana celebramos la Campaña de Manos Unidas, con el lema: “Frenar la desigualdad está en tus manos”. Se nos invita a trabajar por la justicia que Jesús ha predicado en el Evangelio, y que va más allá de nuestra estrecha mirada. Jesús nos interpela para que la Palabra de Dios y la posterior homilía nos ayuden a crecer humana y espiritualmente. “Está en nuestras manos” que así sea, para que la homilía la apliquemos a los detalles concretos de nuestra vida, frenemos las desigualdades y todos podamos entrar en el Reino de los cielos.

Descargar Estudio de Evangelio

Los comentarios están cerrados.