SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL

Durante el confinamiento se hicieron muy populares los conocidos como “Riders”, esas personas que, en bicicleta o moto, recorrían las calles con una especie de mochila grande a la espalda.

Las personas no podían salir de sus casas para comprar muchos artículos, y, por eso, hacían sus pedidos por internet a las grandes empresas, sobre todo a una muy conocida, y eran estos “riders” los encargados de hacerles llegar el pedido a sus domicilios.

Hoy estamos celebrando la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.

La palabra “ángel” significa “mensajero”, y podríamos decir que estos Arcángeles son los “riders” de Dios.

Muchas veces las personas nos vemos ante situaciones, personales, familiares, laborales, sociales, mundiales… ante las que no sabemos qué hacer. Nos sentimos como “confinados”, atados de pies y manos, sin posibilidad de actuar.

Como creyentes, lo que hacemos es “hacer nuestro pedido” a Dios, elevamos nuestra oración desde nuestra casa, desde la parroquia, desde donde estemos…

Y hoy celebramos que Dios envía a sus “riders”, a sus mensajeros, a sus ángeles, para responder a ese pedido nuestro, a nuestra oración. Y cada uno de estos ángeles tiene una función, que corresponde a su nombre.

Cuando nos vemos ante grandes problemas que superan totalmente nuestras capacidades, ya sea en lo material, en lo humano, en lo espiritual, cuando nos parece que no hay salida ni esperanza posible, elevamos nuestra oración, hacemos nuestro “pedido” a Dios, y Él nos envía a su “riders”, a su mensajero, a su Arcángel Miguel, cuyo nombre significa: “¿Quién como Dios?”, para recordarnos que Dios, en Jesucristo, ha vencido todo el mal, todas las cruces, que no hay nada que pueda oponerse a Él.

Cuando, en el ámbito más cotidiano, tenemos que afrontar alguna empresa, o desarrollar nuestro compromiso cristiano en la evangelización, podemos sentirnos pequeños, agobiados, cansados… Y elevamos nuestra oración, hacemos nuestro “pedido” a Dios, y Él nos envía a su “riders”, a su mensajero, a su Arcángel Gabriel, cuyo nombre significa: “Fortaleza de Dios”, para recordarnos que Dios está con nosotros, como dijo a la Virgen María, que Él mismo nos da la fuerza de su Espíritu para llevar adelante nuestra misión.

Y cuando nos sentimos débiles, en el cuerpo o en el espíritu, o cuando nos pesa nuestro pecado, elevamos nuestra oración, hacemos nuestro “pedido” a Dios, y Él nos envía a su “riders”, a su mensajero, a su Arcángel Rafael, cuyo nombre significa: “Medicina de Dios”, para hacernos sentir el perdón, la misericordia, el amor de Dios que nos hace afrontar todo eso que nos hace estar postrados.

Así que hoy demos gracias a Dios por sus “riders”, por sus Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, y no tengamos reparo en hacer nuestros pedidos, no nos cansemos de elevar nuestra oración al Señor, porque Él siempre va a atenderla y nos enviará a sus mensajeros para que nos hagan llegar su cercanía, su presencia, en todos los momentos y circunstancias de nuestra vida, acompañándonos y guiándonos en nuestro caminar hacia el cielo.

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