¿Contará o no contará?
VER:
A principios de diciembre, coincidiendo con la primera semana de Adviento, se estaba debatiendo si, para Navidad, se permitirían los desplazamientos entre comunidades autónomas. Y también se debatía el número máximo de familiares que se podrían reunir. Y, dentro de este tema, uno de los grandes puntos de discusión y preocupación era si los niños iban a contar para el número máximo de personas que podrían reunirse. Algunos opinaban que sí deberían contar; otros que, si eran menores de cierta edad, no tendrían que contar; y otros decían que, si se sentaban aparte, no deberían contar, pero que si se sentaban en la misma mesa, sí que debían contar. Mucha gente se pregunta cómo se van a organizar, cómo hacer los preparativos, pero más allá de lo que finalmente quede establecido por las autoridades, hay algo en lo que todos coinciden: en la necesidad de ser responsables a la hora de participar en las celebraciones.
JUZGAR:
La mayoría de familias está pendiente de lo que finalmente se determine, pero este debate no debe hacernos perder de vista que estamos en el cuarto domingo de Adviento, a las puertas de la Navidad, de celebrar que el Hijo de Dios hecho hombre nace entre nosotros, porque esto es el núcleo, el fundamento y el sentido de la Navidad y de todo lo que la Navidad conlleva.
Y, como cristianos, junto con esa preocupación por los temas de carácter familiar y social, también debemos pensar si el Niño Dios va a contar o no en lo que celebremos estos días, si le vamos a hacer sitio o no. Y hoy el Evangelio nos pone a la Virgen María, una vez más, como modelo.
Nosotros nos sentimos agobiados por la incertidumbre, porque todo es diferente este año, pero lo primero que el ángel dice a María es: Alégrate… el Señor está contigo. No temas… María nos enseña a descubrir algo que, más allá de las circunstancias externas, está en la esencia de la Navidad: que el Señor está con nosotros y, por tanto, no debemos temer, ni sentirnos agobiados, porque aunque las circunstancias externas cambien, el Señor es el Único que permanece y está ahí.
Quizá estamos preocupados por la organización, por las compras… Pero deberíamos recordar lo que dijo Santa Teresa de Jesús: “Entre los pucheros anda el Señor”, y en medio de los “pucheros” propios de estos días, aprendamos de María a llevar todo esto a la oración y preguntar: ¿Cómo será eso…? para que el Señor pueda indicarnos cómo vivir esta Navidad especial.
Quizá somos de los que pensamos en poner a los niños en un lugar aparte durante las celebraciones familiares y así “que no cuenten” en el cómputo final. Y esto, lamentablemente, también se traslada a la fe: a veces “nos viene mal” participar en las celebraciones eucarísticas y “ponemos aparte” al Señor, lo dejamos en un lugar secundario para podernos dedicar a preparar las reuniones familiares. También son muchos los que estos días “apartan” completamente al Niño Dios, hacen reuniones, comidas, regalos… pero en realidad este Niño no cuenta para nada y se celebra una Navidad meramente familiar o social, pero sin Dios.
También en María tenemos el modelo a seguir para que el Niño Dios no esté aparte estos días: Concebirás en tu vientre… El Espíritu Santo vendrá sobre ti… Nosotros, por el Bautismo y la Confirmación, hemos recibido ese mismo Espíritu, y Él es quien hace que al Niño Dios lo llevemos dentro de nosotros igual que una madre, haga lo que haga, lleva a su hijo en su vientre. Este Niño no es un estorbo, es precisamente quien nos da el sentido a lo que celebramos.
ACTUAR:
A las puertas de la Navidad, ¿me preocupa el número máximo de familiares, si los niños cuentan o no…? ¿El Niño Dios está contando para mí estos días? ¿Siento que “está conmigo”, sean cuales sean las circunstancias externas? ¿Qué voy a hacer para darle el sitio que le corresponde?
Más allá de lo que se establezca por las autoridades, estos días hay que ser responsables. También en lo referente a la fe debemos ser responsables y no “poner aparte” al Niño Dios, sino hacer que este Niño cuente en todo lo que vamos a celebrar. Que la Virgen María nos ayude a decir como Ella: Hágase en mí según tu palabra, para que esta Navidad especial la podamos vivir con alegría cristiana, porque para Dios nada hay imposible y Él, pase lo que pase, está con nosotros.
